Lunes. Vuelta a la presencialidad 2.8.2021

 Había una vez en un mundo sin barbijo, donde los humanos íbamos a la facultad, nos tocábamos y sociabilizábamos. Y dé repente las ganas fueron tantas que un día volvimos, las facultades comenzaban a reincorporarse en un mundo con barbijo. La capacidad de adaptarse cuesta, cuesta entender una lógica nueva y transformar la forma de pensar. Hace tanto veníamos dándole al cuerpo las mismas ordenes para que pueda sobrevivir; de repente un tsunami de emociones nos atravesó. Paralizo cualquier tipo de pensar y las ordenes que debíamos darle a nuestro cuerpo y pensamientos se transformaron por completo. Cuándo  hubiéramos  pensando que la forma de relacionarse iba a cambiar tanto en tan poco tiempo. Algo que nos era totalmente natural, que aprendimos desde muy pequeñitos dé repente debíamos manejar distintos códigos, distintos movimientos, y algo tan simple que teníamos tan incorporado de un momento a otro cambio. Me da miedo pensar que quizá nunca volveremos a aquella forma antigua de relacionarse. Quiza nos olvidamos, y tenemos tan incorporando esta nueva modalidad que al momento de querer volver nos caigamos y tendremos que volver a empezar y cuando estemos a punto de poder coordinar nuestros pensamientos y movimientos seguramente nos tropezaremos una y otra vez. Pero estoy segura que tenemos la capacidad de adaptarnos y aprender inmensamente infinita. Espero que nos caigamos muchas veces para poder llegar.

Mi capa representa mi fuerza, yo soy inmortal. No es que nunca me voy a morir, pero te aseguro que mi capa tiene una fuerza impenetrable. Firmeza, voluntad, esfuerzo, entrega. A veces se me arruga la capa y me hago mortal otra vez, soy chiquita y también lloro. (Es la forma que encontré para creer que soy fuerte, porque no siempre tuve capa) Y por dónde estés te miro, observo todo, y con tres ojos, porque con el tercero observo aquello que quizá cuesta un poco más poder ver. Mi voz llega alto, grito, hablo fuerte y mucho. Pero llega alto, me hago escuchar y mis ideas intento sacarlas de mi para que no me pesen tanto. No porque sean súper interesantes, pero a veces pienso tanto las cosas que necesito expulsar un poco para poder seguir pensando o volando. Y si un día me encontrás y estoy en silencio no te asustes, seguro mi capa se arrugo y estoy intentando plancharla. 





Comentarios